sábado, 10 de marzo de 2012

Rutas

De Paradela a la Fervenza de Canteixeira.


Empezaremos la cuarta ruta por el término de Trabadelo desde el barrio de Paradela. En este caso, la mitad de la excursión discurrirá por el término del vecino pueblo de Canteixeira y nos permitirá conocer un salto de agua (llamado fervenza en el gallego local) y como siempre bellos paisajes, remontando el curso del río de Paradela hacia su nacimiento. La excursión dura unas dos horas de ida y la única dificultad consiste en algo de cuesta no muy dura en el tramo intermedio.


A poco de salir de Paradela, vemos un castaño caído (julio 2011) Desde aquí y durante poco más de media hora, el camino está en mal estado, con abundante maleza. Desde aquí denunciamos este abandono lamentable: los caminos tendrían que estar todos arreglados.


A la izquierda, a Murria, monte enfrente de Paradela, donde tradicionalmente se iba a la leña. Destaca en el centro de la imagen un bosque de encinas, uno de los situados más al norte del valle del río Valcarce, por ser una zona de solana con suelo adecuado.


Enseguida llegamos al Pontón de Paradela, pasando por única vez el río homónimo. Aunque actualmente es de cemento, antiguamente era de madera. Justo antes de pasar el puente, los prados situados hacia la montaña llevan el curioso nombre de Lameiros de Valdeloso, recuerdo seguramente de épocas remotas donde abundaban los plantígrados en la zona.


Pasado el Pontón, contemplamos alguna peña caída del monte.


Entramos en el paraje llamado o Solar, con todos sus prados abandonados. Como en otras entradas, se constata que el abandono de la vida tradicional es evidente. Recordemos que el barrio de Paradela fue abandonado definitivamente hacia 1990.


Otra imagen de abandono en o Campelín.


Durante esta parte del camino veremos varias acumulaciones de piedras desprendidas por la erosión de lo alto de la sierra. En gallego son llamadas pedregueiras y en castellano, canchales

Al cabo de un poco, sorprende ver otra vez prados cuidados en el paraje llamado o Carniceiro. Ello es debido a que, aunque en término de Trabadelo, son aprovechados por los vecinos de Canteixeira. Todo se debe a que es un pueblo con mucho ganado pero pocos prados.


Pasamos por los prados de o Rebolín...


...y de repente, aparece una peña promiente a media ladera: es la llamada Pena Longa. Tiene una intesesante historia: cuenta la tradición oral que en la guerra de la Independencia (debió ser en 1809), las tropas francesas, tras haber incendiado Trabadelo y Paradela intentaron llegar a Canteixeira por este camino, pero al llegar a la peña tuvieron miedo de ser atacados por guerilleros que pudiera haber junto a ella. Por ello, se acobardaron, dieron media vuelta y se retiraron. Se comprobará que desde aquí el camino, que discurría todo el rato cerca del río, empieza a subir por la ladera.


Contemplamos la Pena Longa por detrás. Su silueta recuerda vagamente a una cara.


Poco después llegamos a la parte superior de otra peña: es la Pena Mil. Si queremos verla por debajo, tomaremos un camino que de desvía del principal unos cientos de metros antes de llegar a lo alto.


Desde la peña, podremos ver el Valle de Rudacanda, donde los del pueblo de Pradela toman el agua. También el Monte dos Rollais, situado a nuestra izquierda.


En esa foto vemos los prados que hay debajo de la peña, constatando que la altura es considerable. La peña hace un abrigo abajo, junto al río, donde se guardaba la hierba guadañada cuando había tormentas. Comentar también que el nombre de Pena Mil es muy antiguo, pues ya aparece en dos documentos del monasterio de Carracedo de 1260 y 1267, donde se le menciona como Pena Aldimir. En los mismos documentos aparecen otros parajes cercanos como el mencionado valle de Rudacanda (llamado en los documentos Rio da Candas), y otros que veremos luego como o Amaredo (lo Golado da Amaredo), Autiñas (Octinas), etc.


El camino sigue. Lo veremos en la próxima entrada.



Con agradecimiento y cariño a Miguel Ángel y Ana.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hizo ilusión lo de lameiros de Valdeloso, ahora que el plantígrado comienza a dejarse ver tímidamente por la zona, nunca había oído un topónimo del oso en Trabadelo.
Decir también que al fin desapareció el castaño que obstruía el camino, ya está libre.
Un saludo. Miguel.

ANA N. dijo...

Castaños de un otoño
prendidos.
Cuatro vigías
custodiando el sueño
de los carros guardados
en Penamil,
pasado el Coroceiro.
También
el tiempo.
ANA N.

ANA N. dijo...

El Coroceiro, un paraje en barranco (“carrozo” en Dragonte es ‘barranco’; en gallego, “coroza” es ‘capa de paja o juncos para la lluvia’, “caruezu, carueza” en asturiano es ‘manzana silvestre’). En este paraje había un pozo donde se ahogó un niño de Trabadelo, allá por los años 40.